Libro: El Fantasma de la Opera

Hay que ver lo falsa que es la gente. ¿Por qué lo digo? Que nadie se mosquee que me refiero a mí misma. Desde que vi la última versión de la película del ‘Fantasma de la Opera’ me he ido declarando fan de este personaje y su historia, de todo el misticismo y el misterio que lo rodea. Pues miren qué falsa soy que ni siquiera me había dignado a leer la obra original y aun tengo en mi lista de cosas pendientes ver el musical. No tengo remedio.

Pero bueno, lo primero tenía fácil arreglo. Fui a una librería y agarré uno de los ejemplares en inglés (no me pregunten por qué tenía yo la necesidad de leerlo en inglés) y me puse a ello.

Lo que me encontré fue con algo que ya me habían dicho un par de personas: qué maltratado que está el Fantasma por el cine y el musical. Claro, yo es que hasta ahora vivía con la imagen del Fantasma interpretado por Gerald Butler (aing omá), basada en el musical de Lloyd Webber, y voy y me topo en mi lectura con un personaje melancólico, sí, pero terrorífico también. No es que en la versión cinematográfica sea un santo, pero en el libro es bastante más oscuro y frio y, como el relato se basa prácticamente en testimonios, nos lo pintan como un asesino y un tipo al que hay que tenerle miedo no, lo siguiente. Y que además Erik no es Gerald Butler, si no que es feo, feo, feo…xD

Yo quiero que me secuestre este...

No es hasta el final cuando vemos su lado más humano, cuando tiene lugar esa explosión sentimental en la que Erik cuenta de primera mano por qué deja marchar a Christine, toda la felicidad que ella supuso para él y entendemos su necesidad por mantenerla a su lado. No recuerdo haber llorado con ningún libro pero siempre hay una primera vez. Se te encoje el corazón con tanto sufrimiento y tristeza mezclada con amarga alegría. Ese último capítulo es, para mí, lo más intenso que he leído nunca.

Hablando de Christine, otro personaje maltratado por el musical, me alegra anunciar oficialmente que ya no me parece una idiota. Ahora sí que entiendo todo el miedo que le tenía al Fantasma y en el libro, por suerte, no parece tan atontada por el famoso Ángel de la Música (es que en la película parecía que estaba como una cabra con tanto ángel y por eso le cogí manía). Eso sí: hay que ver cómo maltrata al pobre Raoul (algo empalagoso este hombre); pero bueno, bajo las circunstancias en las que se encontraba la pobre chica se entiende.

...pero este es el que más se parece al de la obra original...jo =(

Sobre la historia en general, todo lo que sucede al margen de lo romántico, diré que está curiosa, más que nada por los trucos e ilusiones del Fantasma que hace que se lea cada testimonio… (que si calaveras en llamas, sombras misteriosas recorriendo pasillos, calaveras flotando) y que tienen a todos los empleados y artistas de la Ópera acojonados. Personalmente, a mí esas descripciones me daban más risa que miedo; soy así de escéptica, pero la ambientación oscura está bien conseguida, que conste.

Pero, sinceramente, hay muchas cosas que sobran. Digamos que se dedican muchas páginas para 2 cosas que pasan en realidad. Por no hablar de los capítulos de ‘La cámara de la tortura’, casi al final del libro, que se me hicieron pesadísimos.

Por poner otra pega, eché en falta que Leroux no aprovechase esas páginas malgastadas en contar nada para narrarnos la historia de Erik con más profundidad –porque solo le dedica parte del capítulo final y sabe a muy poco.

No te preocupes Gerald, aunque seas de pega cantas de puta madre

Total,
que a pesar del choque inicial por las diferencias que tiene con sus otras versiones, en general es bastante entretenido y se disfruta leyendo; una mezcla de misterio, misticismo y romanticismo que te sumerge en la situación de forma automática.
A los que sólo conocen el musical por fin van a comprender de donde viene todo el trauma y el miedo de Christine que tan mal se refleja en el musical.
Se la recomiendo a aquellos que sientan curiosidad por la historia de este personaje y a los que busquen un relato romántico de corte antiguo (casi de telenovela).

Ahora solo me falta ver el musical y me quedo con la conciencia tranquila =)