En un futuro cercano, una raza alienígena llamada los Insectores ha atacado la Tierra. Preparándose para un próximo ataque que determinará el futuro de la Tierra, el Ejército Internacional entrena sólo a los mejores jóvenes. Entre estos jóvenes está Ender Wiggin, un chico tímido pero brillante estratega, reclutado para unirse a la élite en la Escuela de Batalla. |
Como en todas las adaptaciones de papel a pantalla hay que avisar: no he leído los libros de Orson Scott; por tanto, todo lo que sé de la mecánica del universo de Ender es gracias a la película… y no me queda muy claro.
El problema con El Juego de Ender es que es de esas distopías que al reflexionar sobre cómo está construida dicha sociedad sale algo que no cuadra, termina siendo demasiado surrealista. Pero si pasamos por alto un sistema de adiestramiento que destroza psicológicamente a los niños como si fuese la forma más lógica de enfrentarse al problema de los bichos y que a la sociedad no parece importarle demasiado, lo que nos queda es una película de ciencia ficción entretenida, con sus lucecitas, uniformes futuristas y demás cosas curiosas pero con algo más, algo que destaca... Ese tramo final. Ogh, maravilla.
Ben Kingsley maorí. Muchos LOLes. |
La banda sonora es bombástica-ruidosa (vamos, que abusan de ella que da gusto) y en el apartado técnico todo es muy bonito de mirar. Ea.
RESUMIENDO... Película entretenida y curiosa que explora de forma eficaz la mente del personaje principal. Disfrutas de ella siempre y cuando no le des muchas vueltas al coco mientras la ves pero ojo: sólo por el tramo final vale la pena echarle un vistazo. Posibles efectos secundarios: ganas de leer los libros -como no tengo bastantes ya por leer... |
★★★☆☆½